viernes, 24 de julio de 2015

Lucios en verano

Con el verano llega el calor y por tanto aumentan las ganas de salir de pesca y echarle mas horas, pero para nuestro amigo el lucio esta época no es precisamente mas la que mas le guste, y no nos va a poner las cosas fáciles para que nuestro verano sea inolvidable.

Vayamos con la teoría, en principio en esta época ya se han recuperado del periodo de freza y disminuyen su actividad en relación de proporcionalidad directa con la temperatura, entonces entran las discusiones entre los aficionados, siendo uno de los temas mas polémicos la elección del sitio propicio para el éxito de nuestra pesca. Desde aquí vamos a intentar aclarar un poco la situación y como para resolver un problema lo primero es simplificarlo, la elección sera: río o embalse.

Comencemos con el río, a priori esta elección puede parecer la menos acertada, debido a que su profundidad considerablemente menor a la que presentan la mayoría de los pantanos presenta una masa de agua mas caliente, elemento en contra en la búsqueda del lucio. Este aspecto mencionado puede llegar a ser demoledoramente absoluto para el pescador pesimista, pero hay quienes encuentran un punto a favor y lo encuentran fundamental, y es que ese agua mas caliente hace que el lucio busque con mas ahínco cualquier lugar en el que el sol y el calor no apriete tanto, por lo que es mucho mas fácil tener al lucio localizado en un sitio muy concreto. Cuales van a ser estos lugares, es lógico, toda sombra existente sera una zona caliente en la pesca durante el verano en el río.
Estas sombras pueden ser superficiales provocadas por elementos exteriores al agua como arboles en la orilla, junqueras espesas, grandes cortados cercanos a la orilla, grandes piedras caídas desde paredes rocosas cercanas, así como estructuras artificiales como puentes

También pueden ser sombras creadas por la propia orografía del río a causa de cuevas, entrantes en la superficie pero que a mas profundidad van reculando formando una especie de tejado natural dentro del agua; pueden ser también provocadas por arboles o cualquier otro objeto hundido.

Aunque por otros motivos, otro de los lugares muy frecuentados son las corrientes, al contrario de lo que se pueda pensar del lucio como un pez que prefiere el agua tranquila como las de los embalse, durante el verano en el río las corrientes son una concentración de vida, y el lucio es un depredador con lo que estará bien atento a esos bancos de alburnos, bogas, gobios y alevines de black bass que revolotean cerca de las corrientes. Ademas la presencia de corrientes aumenta la oxigenación de la masa de agua cercana a ella, aspecto el lucio también agradece enormemente.

Como es habitual las horas puntas para la pesca no cambian durante el verano, el alba y el atardecer siguen siendo los momentos claves para poder hacerse con algún ejemplar, aunque si es notorio mencionar que en la horas centrales del día también se pueden conseguir grandes hallazgos, ya que como se ha mencionado antes los peces estarán muy localizados.

Por contrapartida en los embalses casi no se encuentran sombras proyectadas por los elementos exteriores cercanos a las orillas como pasa en los ríos, por lo que tendremos que hacer modificaciones en nuestra manera de buscar al lucio y en la manera de pescarlo. Con la ausencia de sombras se hace imprescindible la pesca a gran profundidad, es decir, a partir de los 10 metros, ya que a partir de esa profundidad la temperatura del agua se reduce considerablemente.
Esta condición que en principio puede parecer fácil de aprovechar, no lo es tanto para el pescador de orilla, ya que por lo general el embalse no tiene esa profundidad en el borde del embalse. Sin embargo hay ciertos lugares que si cumplen esta condiciones y están a nuestro alcance. Lo mas recomendable seria obtener una vista panorámica desde algún punto elevado de toda la orilla y buscar una serie de elementos e indicadores que nos advierten de la mayor profundidad del agua como lo son las reculas, las puntas, cortados de piedra sumergidos o una tonalidad más oscura del agua en un determinado punto.

Una condición necesaria y prácticamente obligatoria es la pesca en el amanecer y el atardecer, y es que a unas temperaturas tan altas y sin apenas apostaderos superficiales en los que los lucio puedan aguantar las horas centrales del día, provoca que los períodos de actividad y caza sean muy escasos y localizados. Evidentemente a mediodía también podemos encontrar peces, pero es necesario saber que nuestras posibilidades merman considerablemente y que esas condiciones también nos perjudican a nosotros mismos, por lo que es mejor descansar y guardar fuerzas para los períodos cortos que nos deparan de actividad frenética.

Esperamos que este articulo os sirva en vuestras jornadas veraniegas.
Un saludo y recordad, siempre captura y suelta.


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